Alas en los pies
En minutos es 23 de septiembre y solo puedo decir que llegó.
Ni quiero pensar cuanto tiempo pasó desde abril cuando este dÃa comenzó a ser
real, mucho menos de Enero 2017 cuando solo era un imposible que me desvelaba. El
almanaque vuela y asusta, sobre todo asusta, casi tanto como lo hacÃan aquellas tormentas con truenos
cuando tenÃa 5 años.
Como todo lo razonable, como todo lo tangible que depende de
mÅ si, una vez más, lo logré. Me llevé a marzo los afectos pero supongo que
todo no se puede. Es una gran pata la que tengo y debo disfrutarla, aunque me
canse la renguera por la falta de la otra igual de larga e igual de fuerte.
Quizás esta noche la lluvia de Buenos Aires me regala sus lágrimas de despedida, aunque, al igual que las mÃas, prefiero pensar que no son de
tristeza sino emoción. Entre tanto DEBE, algún punto para el lado del HABER es
casi sanador, emocionante y esperanzador.
Como dicen “Hoy es siempre todavÃa”. El ayer, si no está totalmente enterrado,
supo tirarse la suficiente cantidad de tierra encima de su falda como para soltarlo y dejarlo ir. Y el mañana es tan lejano e incierto.
"Toda la vida es ahora". Gracias por todo, les juro que hice lo que
mas pude.
Hasta pronto.
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