Las cuatro y diez
Algunas veces escuchĆ© que la tristeza de los domingos tenĆa que ver con lo que no fue. Con la confirmaciĆ³n de que todo lo planeado el viernes nunca pasĆ³. Que ese sabor amargo nos indica que de nuevo no pudimos. Y que el tiempo siguiĆ³ pasando sin cambiar mucho nuestros dĆas, nuestros caminos, nuestros “quiero pero no puedo, quiero pero no sĆ©”.
Me parece un anĆ”lisis que ronda casi lo real. Hasta sin dudar demasiado dirĆa que pienso lo mismo. Solo que cambiarĆa algunas palabras. No dirĆa domingo, dirĆa hoy o maƱana o pasado. Y no dirĆa viernes, tranquilamente podrĆa ser un lunes, un martes o un miĆ©rcoles.
En fin lo cierto el sabor amargo, agrio, de lo que pensĆ”bamos y no fue, de lo que queremos y no va a ser nunca es casi habitual en algunos paladares. Al menos en el mĆo lo es. Al menos en el mĆo lo siento. Como hoy, como ayer. Espero que quizĆ”s no como maƱana, aunque lo dudo.
Buen fin de semana largo para todos.
Me parece un anĆ”lisis que ronda casi lo real. Hasta sin dudar demasiado dirĆa que pienso lo mismo. Solo que cambiarĆa algunas palabras. No dirĆa domingo, dirĆa hoy o maƱana o pasado. Y no dirĆa viernes, tranquilamente podrĆa ser un lunes, un martes o un miĆ©rcoles.
En fin lo cierto el sabor amargo, agrio, de lo que pensĆ”bamos y no fue, de lo que queremos y no va a ser nunca es casi habitual en algunos paladares. Al menos en el mĆo lo es. Al menos en el mĆo lo siento. Como hoy, como ayer. Espero que quizĆ”s no como maƱana, aunque lo dudo.
Buen fin de semana largo para todos.
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