Mitad de Semana
El almanaque tiene datos inmodificables. Los nĆŗmeros, los dĆas, los santos… Y hoy es como esos dĆas de mitad de semana. Se empeƱa en mantener su destino. En ser un dĆa de miĆ©rcoles.
Iba en el colectivo, aunque para mi sigue siendo el micro, y sentĆ algo. No sĆ© que o no quiero saberlo. QuizĆ”s fue un perfume o una ropa o un tono de voz. QuizĆ”s vi un color de pelo o escuchĆ© una charla de historia. Algo. No lo sĆ©.
Lo que sĆ sĆ© es que con esto no solo me acordĆ© de ella sino que me di cuenta que el dĆa siempre se sale con las suyas. Me grita con todas sus fuerzas que hoy es un dĆa de miĆ©rcoles. Y lo es.
Hay cosas que no cambian. Esto no cambiĆ³. Por suerte ya termina. Faltan horas para otro Jueves. ¿cobarde?. SerĆ” un respiro, una tensa calma, hasta dentro de siete dĆas cuando nuevamente el calendario, o algĆŗn perfume, me recuerde que ya es mitad de semana.
Te recuerdo los lunes y los martes y te he de confesar que todavĆa me llega como el roce de tus dedos tu mirada de aire y de agua frĆa.
Te recuerdo los miƩrcoles y jueves; esa piel donde todo estaba escrito, los versos de Neruda y los papeles de amor que te dejaba entre los libros.
Te recuerdo los viernes y los sƔbados, tu pelo con olor a madre selva, tu pecho como un pƔjaro asustado.
Los domingos me acuesto entre tus manos. Beso despacio el sueƱo. Callo y bebo, sorbo a trago, mi nombre de tus labios.
(Rodolfo Serrano)
Iba en el colectivo, aunque para mi sigue siendo el micro, y sentĆ algo. No sĆ© que o no quiero saberlo. QuizĆ”s fue un perfume o una ropa o un tono de voz. QuizĆ”s vi un color de pelo o escuchĆ© una charla de historia. Algo. No lo sĆ©.
Lo que sĆ sĆ© es que con esto no solo me acordĆ© de ella sino que me di cuenta que el dĆa siempre se sale con las suyas. Me grita con todas sus fuerzas que hoy es un dĆa de miĆ©rcoles. Y lo es.
Hay cosas que no cambian. Esto no cambiĆ³. Por suerte ya termina. Faltan horas para otro Jueves. ¿cobarde?. SerĆ” un respiro, una tensa calma, hasta dentro de siete dĆas cuando nuevamente el calendario, o algĆŗn perfume, me recuerde que ya es mitad de semana.
Te recuerdo los lunes y los martes y te he de confesar que todavĆa me llega como el roce de tus dedos tu mirada de aire y de agua frĆa.
Te recuerdo los miƩrcoles y jueves; esa piel donde todo estaba escrito, los versos de Neruda y los papeles de amor que te dejaba entre los libros.
Te recuerdo los viernes y los sƔbados, tu pelo con olor a madre selva, tu pecho como un pƔjaro asustado.
Los domingos me acuesto entre tus manos. Beso despacio el sueƱo. Callo y bebo, sorbo a trago, mi nombre de tus labios.
(Rodolfo Serrano)
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