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Carta de (des)amor

Estimada (…):

Ayer recibĆ­ una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disoluciĆ³n de nuestro vĆ­nculo matrimonial. A continuaciĆ³n te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificaciĆ³n al Notario y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.
Como verĆ”s, he dividido la lista en dos partes. BĆ”sicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco aƱos de matrimonio con las que me gustarĆ­a quedarme y otra con las que te puedes quedar tĆŗ. Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al telĆ©fono de la oficina (de ocho a cuatro) o al mĆ³vil (hasta las once) y estarĆ© encantado de repasar la lista contigo.

Cosas a conservar:
- La carne de gallina que salpicĆ³ mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.
- El leve rastro de perfume que quedĆ³ flotando en el ascensor una maƱana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aĆŗn no me atrevĆ­a a dirigirte la palabra.
- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitaciĆ³n a cenar.
- La mancha de rimel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.
- La promesa de que yo serĆ­a el Ćŗnico que besarĆ­a la constelaciĆ³n de pecas de tu pecho.
- El mordisco que dejƩ en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenƭa un escote de palabra de honor.
- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.
- Todas las horas que pasamos mirƔndonos, besƔndonos, hablando y tocƔndonos. (TambiƩn las horas que pasƩ simplemente soƱando o pensando en ti).

Cosas que puedes conservar tĆŗ:
- Los silencios.
- Aquellos besos tibios y emponzoƱados, cuyo ingrediente principal era la rutina.
- El sabor acre de los insultos y reproches.
- La sensaciĆ³n de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacĆ­o.
- Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraƱo en tu ropa.
- El cosquilleo de mi sangre pudriƩndose cada vez que te encerrabas en el baƱo a hablar por telƩfono con Ʃl.
- Las lƔgrimas que me traguƩ cuando descubrƭ aquel araƱazo ajeno en tu ingle.
- (...) y (...). Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.
Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) solo comunicarte que puedes quedƔrtelos todos. Al fin y al cabo solo son eso: objetos.
Por Ćŗltimo, recordarte el n Āŗ de telĆ©fono de mi abogado (914070485) para que tu letrado pueda contactar con Ć©l y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.

Afectuosamente, (…).

3 comentarios

Unknown dijo...

Excelente separaciĆ³n de vienes! Eso si, despuĆ©s de leer eso no se a quien le quedan ganas de separarse!

A tu salud!

Cinthia

AnĆ³nimo dijo...

Todas las horas que pasamos mirƔndonos, besƔndonos, hablando y tocƔndonos. (TambiƩn las horas que pasƩ simplemente soƱando o pensando en ti).
que triste che...
Te quiero
Vir

LoreVero dijo...

Cuanto dejamos, cuanto perdemos y con cuanto cargamos cuando la rutina y los silencios tiran anclas en nuestras vidas...
Cruel, certero y demoledor...