Historia de María del Rosario de San Nicolás
Gladys Quiroga de Motta ve por primera vez a nuestra Madre Celestial el 25 de septiembre de 1983. Los mensajes se suceden a partir de entonces en cantidad, a través de las apariciones diarias. La Iglesia toma intervención inicialmente con gran cautela, para luego apoyar el crecimiento de la obra de María, ante las evidencias manifestadas.
El rezo del Santo Rosario se multiplica a partir del pedido celestial de oración, mientras las multitudes empiezan a acudir en forma creciente al lugar.
María señala a la vidente una imagen de madera de la Virgen del Rosario, que estaba guardada desde hace años en el campanario de la Catedral de San Nicolás, y pide que se la restaure y venere allí, bajo la advocación de “Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás”. Para sorpresa de los sacerdotes, allí encontraron arrumbada a la imagen de María con el niño en sus brazos, como esperando ser rescatada. También nuestra Madre Celestial pide se acuñe una medalla, la cual es entregada gratuitamente a los cientos de miles de asistentes al lugar.
Los Mensajes contienen un permanente pedido de conversión, oración del Santo Rosario, regreso a los Sacramentos de la Confesión y la Eucaristía. También María advierte sobre la importancia de convertirse mientras cada alma aún tiene tiempo, ya que sólo Dios conoce cuándo y cómo seremos llamados a rendir cuentas ante Su Presencia.
La Virgen señala mediante un rayo de luz un lugar junto al Río Paraná (llamado "El Campito"), para que se construya un Santuario, que ella misma diseña a través de los mensajes entregados a la vidente. Se levanta entonces un gran Templo (que aún no ha sido culminado) exactamente en el lugar señalado por la Reina del Cielo, como centro de veneración a María, verdadera intercesora y camino perfecto para llegar a Su Hijo, Jesús.
El lugar es visitado en forma permanente en peregrinación, con mayor afluencia de fieles los días 25 de cada mes, y mediante una gran multitud que se concentra los días 25 de septiembre de cada año, en el aniversario de la aparición.
PD. Feliz cumpleaños libriana. En poco tiempo estaré nuevamente por ahí. Me estoy imaginando ese momento y el dolor me quema, mis ojos no pueden parar de transpirar, pero es algo que tengo que hacer. Los dos sabemos que no fueron tus manos las que dejaron estás heridas de muerte espiritual.
Estaré ahí. Bajaré en la misma terminal, caminaré las mismas calles, miraré la misma postal del río, comeré las mismas empanadas, compraré la misma gaseosa en el mismo lugar, volveré a la misma terminal. Será todo igual pero distinto. Esta vez estaremos sólos vos y yo.
Gracias por todo lo bueno y gracias por la anchura de mis espaldas para sobrevivir a lo malo. Tantas veces me mataron, tantas resucitaré... aún no creo en la última parte de esa frase pero supongo que sos la responsable de que siga pensando que otro mundo es posible. Mi mundo interno. Este que sufre las consecuencias de un calentamiento global inevitable. El que sólo sonríe cuando piensa en el fin. O en el principio.
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