Rechazo
A esta altura de mi vida, con el 27/09 otra vez demasiado cerca, creo que soy una persona llena de miedos. Algunos me paralizan y otros, la mayorĆa, solo me dan miedo. Entre mis peores fantasmas, con los que convivo a diario, estĆ”n el rechazo y las despedidas. Son dos marcas que queman a diario mi alma y dejan un tatuaje difĆcil de borrar. En ocasiones aparecen las ganas de dejarlos a “pata” a mitad de camino pero en otros momentos sus cadenas son tan fuertes que no puedo romperlas. Creo que ni mi propia muerte, ni los problemas de guita, ni las consecuencias inevitables que esta puta enfermedad me dejan dĆa a dĆa, logran asustarme tanto. No encuentro nada que me paralice tanto como ese sentimiento tan despreciable e indescriptible que provoca en mĆ el rechazo. QuizĆ”s todo depende de momentos, pero esa es una de las sensaciones que mĆ”s me gustarĆa, y seguramente mĆ”s me aliviarĆa, dejar de lado. Sobre las despedidas no puedo decir mucho mĆ”s de lo que ya he escrito: No me gustan.
PD. Cada vez que re leo cada uno de mis post pienso en el quilombo en el que se metiĆ³ mi Doc Paola. Espero que no lea esto porque si lo hace va a pensar seriamente en sembrar soja en el patio de su casa y dejar por un buen rato la psicologĆa.
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