Los puercoespines
Un dĆa crudĆsimo de invierno, en el que el viento silbaba cortante, unos puerco-espines se apiƱaban, en su madriguera, lo mĆ”s estrechamente que podĆan.
Pero resultaba que, al estrecharse, se clavaban mutuamente sus agudas pĆŗas.
Entonces volvĆan a separarse; pero el frĆo penetrante los obligaba, de nuevo, a apretujarse.
VolvĆan a pincharse con sus pĆŗas, y volvĆan a separarse.
Y asĆ una y otra vez, separĆ”ndose, y acercĆ”ndose, y volviĆ©ndose a separar, estuvieron hasta que, por fin, encontraron una distancia que les permitĆa soportar el frĆo del invierno, sin llegar a estar tan cerca unos de otros como para molestarse con sus pĆŗas, ni tan separados como para helarse de frĆo.
Arthur Schopenhauer
1788-1860
Pero resultaba que, al estrecharse, se clavaban mutuamente sus agudas pĆŗas.
Entonces volvĆan a separarse; pero el frĆo penetrante los obligaba, de nuevo, a apretujarse.
VolvĆan a pincharse con sus pĆŗas, y volvĆan a separarse.
Y asĆ una y otra vez, separĆ”ndose, y acercĆ”ndose, y volviĆ©ndose a separar, estuvieron hasta que, por fin, encontraron una distancia que les permitĆa soportar el frĆo del invierno, sin llegar a estar tan cerca unos de otros como para molestarse con sus pĆŗas, ni tan separados como para helarse de frĆo.
Arthur Schopenhauer
1788-1860
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