Calesita
Hace mƔs de dos aƱos que no piso Mar del Plata.
No sabrĆa decir bien el motivo. Creo que tiene mucho que ver tu ausencia.
Mi presencia en sus calles sienten tu vacĆo, como el invierno la falta del batallĆ³n que la invade en verano.
Esa serĆa una buena razĆ³n aunque no lo se. QuizĆ”s lo es buena para estas lĆneas, le dan el toque sentimental y nostĆ”lgico tan tĆpico en mis escritos.
Recuerdo una de mis Ćŗltimas noches allĆ. Recuerdo la primera vez que te vi y tengo grabada a fuego la Ćŗltima. Mis retinas tienen relieve con ese momento.
Las despedidas son pesadas. Todas parecen terribles y definitivas, aunque la vida me ha dado muestras absolutas de lo contrario.
Sin embargo siguen siendo pesadas y seguramente siempre lo serĆ”n. Lo malo del reencuentro es que inevitablemente se comienza a gestar una nueva despedida. QuizĆ”s, esa sĆ, la definitiva. Quiero decir que el verte trae el comienzo de un nuevo adiĆ³s que serĆ” mĆ”s pronto que tarde. Aunque intente evitarlo. Aunque quiera negarlo. Aunque pida que el mundo para su vĆ©rtigo.
Pensaba en Mar del Plata, en la calesita de Colon y Arenales. En que para los chicos ese lugar estƔ lleno de despedidas breves. El niƱo no estƔ muy ducho en despedidas entonces cada vez que ve irse a la madre, en cada vuelta, cree que no volverƔ. Cada despedida es definitiva. Por eso tiene miedo a la noche. No tiene incorporado el concepto del Alba.
Sin embargo la vida es distinta. Ni una canciĆ³n, ni una pelĆcula, ni una calesita. Simplemente distinta. Aunque no tanto…
No sabrĆa decir bien el motivo. Creo que tiene mucho que ver tu ausencia.
Mi presencia en sus calles sienten tu vacĆo, como el invierno la falta del batallĆ³n que la invade en verano.
Esa serĆa una buena razĆ³n aunque no lo se. QuizĆ”s lo es buena para estas lĆneas, le dan el toque sentimental y nostĆ”lgico tan tĆpico en mis escritos.
Recuerdo una de mis Ćŗltimas noches allĆ. Recuerdo la primera vez que te vi y tengo grabada a fuego la Ćŗltima. Mis retinas tienen relieve con ese momento.
Las despedidas son pesadas. Todas parecen terribles y definitivas, aunque la vida me ha dado muestras absolutas de lo contrario.
Sin embargo siguen siendo pesadas y seguramente siempre lo serĆ”n. Lo malo del reencuentro es que inevitablemente se comienza a gestar una nueva despedida. QuizĆ”s, esa sĆ, la definitiva. Quiero decir que el verte trae el comienzo de un nuevo adiĆ³s que serĆ” mĆ”s pronto que tarde. Aunque intente evitarlo. Aunque quiera negarlo. Aunque pida que el mundo para su vĆ©rtigo.
Pensaba en Mar del Plata, en la calesita de Colon y Arenales. En que para los chicos ese lugar estƔ lleno de despedidas breves. El niƱo no estƔ muy ducho en despedidas entonces cada vez que ve irse a la madre, en cada vuelta, cree que no volverƔ. Cada despedida es definitiva. Por eso tiene miedo a la noche. No tiene incorporado el concepto del Alba.
Sin embargo la vida es distinta. Ni una canciĆ³n, ni una pelĆcula, ni una calesita. Simplemente distinta. Aunque no tanto…
Comentarios