Adsense Menu

Una vieja conocida

Son muchas las cosas que digo y no hago, las que pienso y no digo, las que analizo y no vomito, las que respiro y no exhalo.
Hoy la invitada estuvo en casa una vez mĆ”s. Amaneció conmigo una vez mĆ”s. Me despertó con una caricia y me mostró todo lo que tiene para ofrecerme. Me mostró cada uno de los rincones del paraĆ­so. Me habló al oĆ­do mientras dormĆ­a. Me despertó con un beso de sus labios frĆ­os. Me ofreció toda una vida juntos. Me propuso convertirnos en uno a partir de hoy. Y yo… yo! Por favor… yo.
Yo le dije que no una vez mĆ”s. Por cuarta vez rechacĆ© de forma inconsciente todo lo que me ofrecĆ­a. Le dije basta. Le pedĆ­ paz. Soledad. Y ella… ella! Por favor… ella.
Ella puso su peor cara. Me miró mientras me arrastraba por el piso. Se ilusionó con mi primer demostración de abandono, sufrió cuando me vio seguir luchando en el piso. Piso la huella que dejé. Se entristecio. Se fue. Se fue y me dejó sólo, como pedía, como quería. Se llevó su paraíso. Aceptó que no era el momento. Escucho por cuarta vez todas esas cosas que no digo. Se lamento por las mentiras que digo en voz en alta.
Hoy, desde aquel sÔbado 5 de enero de 2008, le dije que no por cuarta vez. Le dije que no por cagón o quizÔs por soñador. No sé que mierda es lo que sueño, o mejor expresado no sé por qué lo hago. Minuto tras minuto compruebo las cosas que ya no van a ser, las que nunca pasaron, las que pasaron y no volverÔn. Y a pesar de eso esta mañana me arrastre por el piso y empujado por ese sueño la rechacé una vez mÔs. La eché de casa una vez mÔs.
No sĆ© hasta cuando. No sĆ© cuanto mas. Tampoco sĆ© si estoy arrepentido o hice bien. Lo poco que sĆ© es que estos dĆ­as se han vuelto sorpresivamente muy difĆ­ciles. TambiĆ©n sĆ©, no tan sorpresivamente, que sigo rechazando lo que digo que quiero. TambiĆ©n sĆ© que te extraƱo. Y sĆ©, por sobre todas las cosas, que la respuesta a tu “¿Esto es lo que querĆ­as?” es no… no linda, eso no es lo que querĆ­a. Lo que querĆ­a, como tantas cosas, son las cosas que no hago, que no digo, que no vomito, y que no exhalo.

1 comentario

Angie dijo...

Wwauu! Realmente... se me erizó la piel!
Muy bueno el escrito Acosta, estremecedor, y hasta un poco aterrador podría decir... pero tan bien escrito que hasta pude imaginar la situación... y a ella, si... a la vieja conocida... claro...
Ahora creo que tendrƔs que contarme algo, no? porque me parece que me perdƭ un capƭtulo...
Te veo en msn! Besos!