Adsense Menu

Teatro de Sombras


Cuenta la historia que el primer registro del Teatro de Sombras se remonta a los tiempos de la prehistoria cuando el hombre hacía sombras con sus manos frente al fuego en las cavernas.
En Indonesia el titiritero de sombras era un hombre especial llamado Dalang. Era un artista sacerdote y al representar a través de las sombras las epopeyas logradas restablecía el equilibrio entre las fuerzas negativas y positivas de su comunidad.
En India aún mantienen esta tradición. La misma continua cercana a la unión y los rituales. Otrora quien ejercía este trabajo tenía la tarea de educar y transmitirle valores a su pueblo.
Alemania fue el pionero en Europa. Lo realizaban un grupo de artistas en Berlín entre los que estaba Lotte Reininger. Se unía el teatro de sombras con el cine y esto fue considerado como el origen de la animación.
Se consideraba que la sombra equivalía a la magia, al subconsciente, al más allá, a la muerte, al espíritu, al alma. Sus formas cambiantes e inestables eran una invitación a la imaginación, una constante estimulación al ser creativo y lo fantástico.





Desde hace mucho tiempo, y en lugares alejados de este cielo gris de Buenos Aires, las sombras representan historias con una fuerte carga de fantasía, posibilidades de insinuar sin mostrar, sin dejarse ver, darle otra forma a la realidad y llenarla de características que por otros medios parecían difícil de lograr. La sombra nos lleva a un mundo uniforme en donde se reflejan nuestras pasiones, nuestros miedos, nuestras sentimientos interiores
También cuenta la leyenda que en esos tiempos la ubicación de la luz era importante no solo para la vista de las sombras sino para contar una historia. La luz siempre estaba en el pasado y se ubicaba en el mayor punto de felicidad de nuestras vidas. Es por esto que cuando más atrás quedó ese punto la sombra que se refleja es mucho mayor y oscurece nuestro futuro; en cambio, cuando la última felicidad es cercana, la sombra que proyectamos hacia adelante es mínima y las chances de seguir creando luces es mayor.
A lo largo de estos 38 años he tenido muchas luces. No podría jurar que vi a todas en su momento preciso pero tengo la certeza que existieron y se fueron encendiendo en distintos momentos de mi vida. Hoy, 27 de Septiembre de 2017, haciendo el balance que todo cumpleañero hace, giro mi cabeza, miro hacia atrás y veo, muy cerca de mis talones, la última gran luz que se me ha presentado. Luego, ya con esa confianza, miro nuevamente hacia adelante y no hay sombra. Todo por hacer, todo por creer, inclusive en historias como estas.

No hay comentarios