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Volver al Futuro IV

Creo que estoy pensando mucho en la mente humana, en sus juegos. Algo asĆ­ hice en la entrada anterior de este blog y hoy, miĆ©rcoles 2 de abril a las 23:22hs, sigo con lo mismo. No voy a poner nada puntual sobre Malvinas. Solo que crecĆ­ en una ciudad donde seguramente muchos de los soldados que estuvieron en las Islas pisaron tierra argentina, me refiero al continente, por Ćŗltima vez. PensĆ© varias veces como serĆ­a el movimiento que por ese entonces habĆ­a en Punta Alta en general y en Puerto Belgrano en particular. No voy a dar mas vueltas sobre este tema porque simplemente no lo sĆ©. Tres aƱos tenĆ­a… no recuerdo. No puedo comentar nada que ya no sepan o que no estĆ© disponible en los libros o la televisiĆ³n. Lo que sĆ© lo sĆ© por esos medios. No tengo experiencias para contarles.
Pero este no era el motivo de este texto. Pensaba en la mente humana y en el tiempo. Es de noche y me puse a escuchar despuĆ©s de mucho tiempo el disco “Esta maƱana y otros cuentos” de Coti Sorokin. No tienen idea la cantidad de veces que escuchĆ© este disco en mis Ćŗltimos dĆ­as en Punta Alta. Era casi cotidiano. El tenerlo nuevamente despuĆ©s de varios aƱos me transportĆ³ nuevamente a ese momento. Sin dudas hoy mas que en BolĆ­var y CĆ³rdoba de Mar del Plata siento que tengo el culo, hablando en criollo como decĆ­a un profesor de la secundaria, en Mitre al 1400 de Punta Alta. Por estos viajes me sorprende la cabeza. Por este viaje absolutamente imaginario e instantaneo digno de cualquier pelĆ­cula de ciencia ficciĆ³n. Me transportĆ©. Y estas canciones no solo me traen situaciones y pensamientos viejos, sino que la diferencia de aquel momento mĆ­o con este me genera muchos nuevos pensamientos. Como cambian los estados de Ć”nimos. Como cambian. SĆ­, ya sĆ©, estoy muy repetitivo pero es una forma de tratar de entender estas cosas. Busco en el que se tome el tiempo para entrar y leer estas lĆ­neas un cĆ³mplice que me ayude a entender, o al menos que me acompaƱe en mi sorpresa. Es un lindo viaje. Hace cinco meses que no vuelvo al pueblo y seguramente pasarĆ” mucho tiempo mĆ”s. No es solo por falta de plata sino que no me quiero lastimar. No sĆ© como hacer para tomar nuevamente un colectivo y no pensar tantas cosas que seguramente se me vendrĆ”n a la cabeza. Tantas cosas sobre… sobre la vida. Solo eso. Para que explicar mĆ”s, si estĆ”s acĆ” y te enganchaste con esto es porque sabes el motivo de mi no-viaje.
Me pasĆ³ algo raro al escuchar estas canciones. No estoy loco pero cuando las escuchaba recordĆ© que allĆ” por el aƱo 2005 sentĆ­a un vacĆ­o enorme. Una necesidad imperiosa de jugar la que quizĆ”s consideraba mi Ćŗltima carta. Y bueno, tomando estas canciones como “una seƱal” (ja, para entender la risa leer por favor el texto anterior) fui armando una previa. Una previa a un camino que comencĆ© a recorrer en forma fĆ­sica el 16 de Mayo del aƱo siguiente. Un camino que en los primeros pasos me encontrĆ³ tan vacĆ­o como antes.
Hace varios dĆ­as que escucho la presentaciĆ³n de una programa de radio que pasan los sĆ”bados a la tarde por LA RED Mar del Plata en el cual entre otras cosas dice algo asĆ­ que “es precisamente este vacĆ­o el que nos permitirĆ” llenarnos nuevamente”. Es interesante, es una teorĆ­a de Newton que si encuentro pegarĆ© a continuaciĆ³n.
¿…?
Nop! No la encontrĆ©! Y bueno, igual me parece que tiene algo de real. Ya me habĆ­a vaciado mucho durante los aƱos previos al viaje y a partir de eso comencĆ© sin dudas a incorporar muchas cosas. Todo comenzĆ³ la maƱana de ese dĆ­a perdido de mayo. Me acuerdo que me bajĆ© del colectivo y antes de tocar suelo marplatense me frenĆ© en la escalera, provocando casi un embotellamiento con el resto de los pasajeros que me seguĆ­an en fila india, y pisĆ© primero con el pie derecho junto a la frase “Empezamos, que salga bien”. Y acĆ” estamos. SaliĆ³…
Hoy es otro momento de esos. Me refiero a otro momento de vaciĆ³. QuizĆ”s un poco mĆ”s triste que el anterior, indudablemente mucho mĆ”s doloroso, con ese gusto amargo, rancio, que tienen los fracasos del corazĆ³n, pero tambiĆ©n, creo que ya lo dije, es otro momento. Distinto. No sĆ© si bueno, no sĆ© si malo. Distinto. Un momento en el cual espero que el vaciĆ³ sea pronto tan fuerte como para arrastrar hacia mĆ­ las cosas que dejen de convertirlo en tal. No hay apuro, ni siquiera pretendo que al final de camino estĆ© repleto nuevamente, ni que sea tan rĆ”pido como la primera vez. Pero que venga algo. Cosas nuevas, por supuesto!! Cosas viejas, ojalĆ”!!. Cosas. De las nuevas que nunca pensĆ© tener, se siente muy bien cuando eso pasa, o de las viejas que considerabas perdidas, tambiĆ©n se siente bien pero si son oportunas y llegan en el momento adecuado. Es que cuando las cosas viejas tardan en llegar, mmm… existe ese riesgo de que todo cuesta el doble. Que las segundas partes no fueron buenas. QuizĆ”s lo mejor de estos regresos es que cuando suceden te das cuenta de que superaste una etapa fea. Te demostrĆ”s a vos mismo, y eso te posibilita seguir caminando, que las cosas que en algĆŗn momento dejaron de ser imprescindibles. Me pasĆ³ hace poco, quizĆ”s fue lo primero con lo que comencĆ© a ocupar el vacĆ­o. Es algo asĆ­ como “Lo que quise ayer lo tengo hoy, pero hoy ya no es ayer”. Una especie de gataflorismo humano, o al menos un gataflorismo de cierta especie de humanos. La mĆ­a claro, mi especie.
Ahora que pienso que en cinco minutos tendrĆ© que re leer esto que acabo de escribir no estoy muy seguro si estas lĆ­neas tienen un hilo conductor. Creo que no. Ya son 23:45hs y no recuerdo bien que es lo que querĆ­a decir al abrir el archivo de Word y comenzar a escribir. Lo mĆ”s fĆ”cil serĆ­a “una asociaciĆ³n de ideas” pero no creo que haya puesto muchas ideas asociadas. Hace tiempo tenĆ­a un profesor que me decĆ­a que la mejor forma de escribir algo interesante y vendible era ser lo mĆ”s claro posible. Saber quĆ© se va a decir y esforzarse hasta el mĆ­nimo detalle para conseguirlo. Eso le iba a dar a un texto el orden que la gramĆ”tica exige, y la atracciĆ³n popular que el mercado necesita. Es decir es mejor hablar de Boca que de Sporting. Porque se supone, solo se supone, que hay mas hinchas de Boca. TambiĆ©n decĆ­a que escribir de otra forma no era inĆŗtil, servia y mucho. Pero la Ćŗnica esperanza de que trascienda era cruzarse con un loco igual que uno, que piense o sientas cosas parecidas en ese momento. Y bueno, quizĆ”s estas dos carillas de Word que llevo van destinadas a un loco como yo. Y siendo muy optimista, quizĆ”s ese mismo loco se atreva a poner un comentario sobre esta entrada y me explique que es exactamente lo que estoy tratando de decir.
Hoy ya es jueves 3 de abril. Son algo asĆ­ como las 20:33. Siento que no es otra tarde como las demĆ”s. No se parece a otro jueves cobarde. Pienso y sumo algo mĆ”s a esto que escribĆ­. A los momentos. A como las cosas tangibles te sirven para darte cuenta de los cambios. No es otra locura mĆ­a. Anoche terminĆ© de leer El Interior de MartĆ­n CaparrĆ³s. Realmente muy bueno. SuperĆ³ ampliamente las expectativas. Gracias RocĆ­o, sumaste algo mĆ”s a mi vida. Gracias linda. Te cuento, a vos y a quien lea esto, que cuando lo terminĆ© fue imposible no pensar en como estaba cuando empecĆ© la primera pĆ”gina. Es mucha diferencia con este estado actual, y es una diferencia buena. CumpliĆ³ con el objetivo que tenĆ­a, con lo que me dijiste en ese mensaje. Fue mi compaƱero en muchas noches, en mis viajes de ida y vuelta en colectivo, y tambiĆ©n en las tardes de sol de Plaza Mitre y Varesse. OcupĆ³ mucho tiempo y si bien dicen que el saber no ocupa lugar, la concentraciĆ³n, el interpretar, el sentir que podes leer de corrido un texto sin parar un segundo hace mĆ”s aliviado el viaje y te hace vomitar cosas indeseables. Lo hace mĆ”s tranquilo. Y una vez terminado el libro pensĆ© en eso. En como crecĆ­ y en como se fueron acomodando mis sentimientos en estos 30 dĆ­as. Gracias Ro, por todo. A pesar de que las cosas sean como son, siempre estuviste y ahora me demostrĆ”s una vez mĆ”s que, equivocados o no, siempre estamos. ¿Como era? Ah sĆ­, ¿Cuantas veces estuviste cerca de alguien y lo sentiste a 400km de distancia? Esta es la otra cara. De una forma muy particular, nuestra manera, seguimos estando.
Los libros, la mĆŗsica, las plazas son cosas muy particulares. Cuando empezamos un libro es imposible que sigamos siendo la misma persona. Nunca escuchamos la misma canciĆ³n y nos sentimos igual. Nunca caminamos por los mismos lugares y nos encontramos con el “yo viejo”. Y eso es algo que se aprende y para siempre. Y yo lo guardĆ©, y me hace lo que soy hoy. Muy distinto a lo que serĆ© maƱana, pero seguramente mucho mejor que antes. EstĆ” buena la vida, es interesante.
La canciĆ³n dice “Es que la muerte estĆ” tan segura de vencer, que nos da toda una vida de ventaja”. Lo que la muerte no sabe es que la tengo presente a cada minuto. Y lo mejor, que la muerte ni siquiera sospecha, es que prefiero este estado de crecimiento. Con gente, con sol, con lecturas, con sonrisas y con lagrimas. Porque todo eso hacen algo que nadie puede lograr, todo eso me hacen lo que soy: Pasado, presente y futuro metido en un cuerpo de 75kg y 1,76mts de estatura.
Sigo con Coti. Sigo y me acuerdo del antes. Sigo y me acuerdo del durante. Uff, que lindo el durante… Sigo y me da miedo el despuĆ©s. Uff, que inevitable el despuĆ©s…
Lamento decir que re leĆ­ el texto y mmm… ¿que quise decir? Se los dejo, piensen y si encuentran alguna respuesta ya saben. Me avisan. Por mi parte el Ćŗnico motivo que encuentro es el alivio. Me aliviĆ³. El escribir sigue siendo un tonto alivio.
Nada, me voy cantando…

Parar, parar, parar,
Eso no estĆ” en mis planes
Parar, parar, parar,
Eso es para bacanes
Que dejan el tiempo pasar. (…)

1 comentario

AnĆ³nimo dijo...

Y una visita por Buenos Aires otra vez para cuƔndo?