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Plaza Mitre

Vivo a dos cuadras de Plaza Mitre. No lo busquĆ©, fue por casualidad. Un dĆ­a de Septiembre, mientras soƱaba compartir mi vida con alguien que hace mĆ”s de un mes decidiĆ³ irse sin muchas mĆ”s explicaciones que un simple no te amo mĆ”s, comprĆ© el diario y ahĆ­ estaba. Un aviso decĆ­a que por estos lados habĆ­a un departamento libre y una semana despuĆ©s los papeles dijeron que era mĆ­o por los prĆ³ximos 24 meses. Durante un tiempo fue mi futuro hogar, incluso llegĆ³ a serlo durante poco menos de sesenta dĆ­as, pero hoy es simplemente el lugar donde duermo y recuerdo. La recuerdo.
Mi primer contacto con esta este lugar fue a principio del 2006. Fue un punto de referencia, me dijeron “¿estas por plaza mitre?” y ahĆ­ descubrĆ­ su nombre y su ubicaciĆ³n. Meses despuĆ©s, cuando lleguĆ© definitivamente a esta ciudad, conocĆ­ sus rincones.
Descriptivamente podrĆ­a decir que es conocida como la “Plaza de los NiƱos”, ya que tiene una gran cantidad de juegos infantiles, una calesita, y tambiĆ©n la posibilidad de alquilar triciclos, bicicletas, kartings. EstĆ” ubicada en la intersecciĆ³n de las calles ColĆ³n, San Luis, Falucho e HipĆ³lito Irigoyen. Como toda plaza mas o menos importante de la feliz, estĆ” formada por cuatro manzanas y en su centro se destaca un monumento a BartolomĆ© Mitre, realizado en piedra por el escultor CĆ©sar Santiago, mientras que, en la esquina de Av. ColĆ³n e HipĆ³lito Yrigoyen, se encuentra el "Monumento a la Madre".
En el centro de la plaza, lo que serĆ­a la continuidad de las calles Mitre y Brown, hay seƱales de trĆ”nsito para los chicos que pasean por ahĆ­. Senda peatonal, semĆ”foros, carteles de alto, velocidad mĆ”xima… La primera vez que vi ese lugar se me vino a la cabeza la imagen de mis dĆ­as en Buenos Aires. VivĆ­a a dos cuadras del hospital Garraham y justo en la esquina de Pichincha y Garay la PolicĆ­a Federal tenĆ­a un predio que se utilizaba para enseƱarles a los chicos las seƱales de transito. Digo “tenĆ­a” porque cuando volvĆ­ en agosto del 2005 me di cuenta que ese lugar estaba abandonado y todas las cosas que habĆ­a en esa esquina habĆ­an sido derrumbadas.
En Plaza Mitre pasĆ© muchos de mis primeros dĆ­as en esta ciudad tan difĆ­cil. ¿Tan difĆ­cil?. TenĆ­a mi banco preferido, cerca de los juegos infantiles y frente a una escuela privada que estĆ” sobre calle Falucho. Hoy es extraƱo pasar y ver que ese banco estĆ”, pero solo siguen en pie sus soportes, ya que la tabla para sentarse hace meses que alguien la sacĆ³. Cuando lleguĆ© a mardel la mayorĆ­a de mi tiempo lo pasaba con mi amiga LĆŗ. Es algo que no sĆ© si alguna vez se lo dije pero supongo que lo sabe. Me ayudĆ³ mucho, gran parte mi permanencia acĆ” se la debo a ella. Hoy la veo poco, muy poco. Pero en esos dĆ­as fue alguien fundamental.
Me acuerdo que casi todas las maƱanas me sentaba en ese banco y a la una de la tarde pasaba a buscarla por la escuela de cocina donde estudiaba. DespuĆ©s era caminar, hablar, reĆ­r, llorar. Todo comenzĆ³ en esa plaza. El catalĆ”n Joan Manuel Serrat dirĆ­a “es caprichoso el azar”. Y lo es realmente. Nunca pensĆ© que terminarĆ­a en este barrio. Al mirar para atrĆ”s son increĆ­bles las diferencias que encuentro entre ese Ramiro y este. TenĆ­a muchos pensamientos pesimistas que por suerte no se cumplieron, pero tambiĆ©n tenĆ­a algunos proyectos que nunca terminĆ© de concretar. “Cuando tenga mi casa me voy a comprar la cafetera elĆ©ctrica, el sĆ­mbolo de mi felicidad, y una pelota de bĆ”squet” decĆ­a por ese entonces. Y bueno, la cafetera la tuve pero durĆ³ solo un mes, y la pelota no sĆ©… ya no me motiva tanto. Igual la cancha sigue en la plaza, y cada vez que paso caminando la veo y me acuerdo de esos momentos.
Los edificios que estƔn frente a la plaza son increƭbles. No sƩ si es verdad, pero alguien alguna vez que me dijo que no se dividƭan en departamentos sino que todos eran pisos completos. Una zona muy lujosa, muy cara. Hoy los veo desde la calle y no estoy tan seguro de la veracidad de ese dato pero hasta que alguien me demuestre lo contrario para mƭ esos lugares siempre serƔn asƭ. Lujosos y caros.
Creo que despuĆ©s de los primeros meses acĆ”, cuando por algĆŗn motivo dejĆ© de pasar seguido por ese lugar, nunca mĆ”s relacionĆ© a Plaza Mitre con momentos malos de mi vida. Y si bien nunca me sentĆ© a pensarlo seriamente, creĆ­ que nunca mĆ”s lo harĆ­a. Claro, me equivoquĆ©.
En febrero de este aƱo mi vieja vino unas semanas de vacaciones. Era un viaje que lo tenĆ­amos planeado hace mucho. Finalmente esa fecha llegĆ³ pero la realidad nada tuvo que ver con los planes. Menos mal que vino, y que lĆ”stima que vino. LlegĆ³ justo en el peor momento de mi vida. El peor lejos, tan malo que aĆŗn hoy estoy tratando de salir. Y es difĆ­cil, y cuesta, y siento que puedo, y siento que no.
Digo ´menos mal´ porque si en esos dĆ­as hubiese estado sĆ³lo no sĆ© como serĆ­an las cosas hoy. Ni siquiera sĆ© si las cosas serĆ­an. Digo ´que lĆ”stima´ porque siento que en esas semanas le arruinĆ© parte de su vida. Le pasĆ© casi todo el dolor que tenĆ­a adentro, no fue dividirlo sino que le hice sentir lo mal que estaba pero yo seguĆ­a igual. Hace casi dos aƱos que estoy en esta ciudad y uno de mis mayores objetivos siempre fue dejar de darle malas noticias. Pienso que ya es muy difĆ­cil para ella estar a 400km y vernos 2 veces por aƱo. Siento que no tengo ningĆŗn derecho a agregarle mĆ”s sufrimiento, mĆ”s momentos malos. En estos 22 meses pasĆ© hambre, soledad, un miedo indescriptible, pero ella nunca se enterĆ³. Estaba en Casagrande y me decĆ­an “Ramiro tenĆ©s telĆ©fono, tu mamĆ”” y yo bajaba las escaleras, me secaba las lĆ”grimas, ponĆ­a mi mejor voz y le decĆ­a “hola bruja… por acĆ” todo bien”.
CostĆ³ mucho pero era lo menos que podĆ­a hacer. Era una deuda que tenĆ­a que pagar, y hasta ese entonces lo estaba haciendo. Es por eso que este Febrero bisiesto fue un paso enorme hacia atrĆ”s. Son dĆ­as que no me voy a olvidar nunca y ojalĆ” me los pueda perdonar. Me refiero a perdonĆ”rmelos yo, porque sĆ© que de parte de ella no hay reproches. La cosa es que duele ver como fueron esos dĆ­as. Duele ver lo que le hice, y tambiĆ©n lo que me ayudaron a hacerle. Son cosas que no puedo olvidar. Son cosas que pasan, pero no se olvidan ni perdonan. Fueron tres semanas durĆ­simas. Me vio destruido. Nunca antes me mostrĆ© asĆ­ con nadie. Durante 21 dĆ­as me dormĆ­ llorando, empastillado, con ella sentada a los pies de la cama mientras me ponĆ­a un trapo friĆ³ en la cabeza. Su cara era una piedra, no la vi derramar ni una puta lĆ”grima. Era de hierro. Claro, lo era mientras estaba conmigo, despuĆ©s sĆ© que no…
La noche que se iba, segundos antes de agarrar los bolsos y llamar al ascensor, nos dimos uno de los mejores abrazos que recuerdo. Y ahĆ­ no pudo mĆ”s. AhĆ­ no se aguantĆ³. Yo le pedĆ­, creo que por vigĆ©simo cuarta vez, perdĆ³n por estos dĆ­as. Y ella, con mucho llanto contenido, se aflojĆ³ y me dijo “yo lo que quiero es que vos estĆ©s bien”.
Fue el fin de sus dĆ­as de vacaciones en Mar del Plata. Fue el fin del verano 2008. Sus dĆ­as acĆ” fueron muy monĆ³tonos. Yo volvĆ­a del laburo, entraba a casa, me sacaba la corbata y le decĆ­a de ir a caminar. SalĆ­amos a dar vueltas a la manzana por la Plaza. HablĆ”bamos mil cosas, en realidad yo hablaba y ella escuchaba. FumĆ”bamos mucho, lloraba y ella me decĆ­a que me calme. Me sacaba la angustia. Le pedĆ­a perdĆ³n por el momento de mierda que le hacĆ­a pasar. Le decĆ­a que no podĆ­a mĆ”s. Que estaba cansado. Que sentĆ­a que no podĆ­a seguir. Que no lo merecĆ­a. Que no sirve hacer las cosas bien. No sirve ser bueno. No sirve ser fiel. No sirve soƱar con los ojos abiertos. No sirve plantear problemas en los momentos que uno cree justo con la intenciĆ³n de mejorar. No sirve pensar en el futuro. DespuĆ©s esos momentos se te vuelven en contra. DespuĆ©s no los podĆ©s cambiar, despuĆ©s no los querĆ©s cambiar.
TambiĆ©n le contĆ© la deuda que siento que tengo con mi abuela. Siempre digo que mi abuela se muriĆ³ de vieja, pero que yo en vida tambiĆ©n la matĆ© un poquito. Que en mis dĆ­as en Buenos Aires, con mis fracasos de pendejo sin calle, le quitĆ© un poco de vida. QuizĆ”s fueron meses, dĆ­as, horas, minutos, pero se los quitĆ©. Y a mi vieja, justamente en plena Plaza Mitre de Mar del Plata, le pude decir eso. Que me sentĆ­a el peor de todos pero que ya no lo querĆ­a ser mĆ”s. Que con mi abuela siento que tengo una deuda enorme y que por nada del mundo quiero tambiĆ©n tener esa deuda con ella. Que la vieja se muriĆ³ y no pudo ver lo bueno que vino despuĆ©s. O quizĆ”s sĆ­, quizĆ”s lo vio, pero yo no pude ver su cara cuando lo hacĆ­a. Su cara de orgullo me la tuve que imaginar. Y le dije que no querĆ­a que me pase eso otra vez. Que no querĆ­a que en 10 o 20 aƱos cuando ella se muera yo me lamente por estos 21 dĆ­as de vacaciones. Que si eso pasaba no sabĆ­a como iba a hacer para poder vivir con ese peso en las espaldas. Fue la primera vez que me puse a pensar que un dĆ­a ella no va a estar.
Plaza Mitre tiene mucho que ver con mi vida. Con mis momentos. Hoy paso caminando y veo gente corriendo, paseando, parejas haciendo su mejor papel de novios, jurĆ”ndose amor eterno, soƱando ser felices. TambiĆ©n veo personas solas, como cuando lleguĆ© en Mayo del 2006, como ahora. Veo parejas peleando, cerrando una historia o haciĆ©ndose los que… Y veo chicos, sobre todo eso. Veo parejas paseando con sus hijos. Los veo y me acuerdo de vos, de nosotros. Veo parejas alquilando bicicletas dobles. Los veo y me acuerdo de vos, pienso en que buena forma serĆ­a para que de una vez por todas aprendas a usarlas. Veo el sol, los edificios, los amigos, los partidos de bĆ”squet.
Eso es Plaza Mitre para mĆ­. La plaza de los niƱos. La plaza donde dejĆ© lo poco que me quedaba de inocencia. La plaza que en algĆŗn momento me volverĆ© a cruzar. La plaza donde quizĆ”s las vueltas de la vida me encuentre feliz, alquilando kartings o bicicletas para mis hijos. La plaza donde te llorĆ© como nunca lo hice por nadie. La plaza donde aprendĆ­ que un corazĆ³n es una riqueza que no se vende ni se compra, pero se regala. La plaza que hoy me da miedo pisar porque me trae muchos recuerdos. Recuerdos de lo que fue, pero sobretodo de lo que pudo haber sido y ya no serĆ”.

4 comentarios

Rachel dijo...

Hola!, Vaya, es lindo lo que escribes pero a la vez estĆ” lleno de dolor. EntrĆ© por casualidad en tu blog pero entiendo lo que intentas explicar, yo una vez estuve en la misma situaciĆ³n en la que estĆ”s tĆŗ ahora, salĆ­ de ella, (costĆ³ mucho), y ahora estoy en otra fase. Pero no puedo tener seguro nunca no volver a estar como estuve aquella vez, como estĆ”s tu ahora. En eso consiste la vida, en aguantar a solas con uno mismo y esperar a que aclare el temporal. Si quieres visitar mi blog:http://www.larealidaderaesto.blogspot.com/
Soy de Bilbao ( EspaƱa) me llamo Raquel y tengo que decirte que escribes muy bien. De verĆ”s, me encantĆ³.QuizĆ”s seas como yo de esos que sĆ³lo pueden escribir de esta forma en los malos momentos y en los buenos no. No sĆ© porquĆ©. CuĆ­date. Un Saludo.

AnĆ³nimo dijo...

Amigo mio!!
Si te dijera que esa Plaza para mi tambiĆØn estĆ” llena de recuerdos, me crees? Si habrĆ© caminado esa plaza... acompaƱada y creo que no necesitĆ”s que te explique con quien... pero bueno... si buscamos un punto de comparaciĆ³n usando como referencia esa plaza, por aquel entonces tambiĆ©n soƱaba con los ojos abiertos y tambiĆ©n imaginaba un final distinto para aquella historia...
PasĆ³ mucha agua debajo del puente, pasĆ³ el tiempo... sabĆ©s las cosas que pasĆ©, sabĆ©s lo que sufrĆ­, pero tambiĆ©n sabĆ©s lo feliz que hoy soy y que no es imposible volver a soƱar con los ojos abiertos.
Es muy lindo lo que escribiste... nostĆ”lgico, claro que si... pero es el Rami de hoy y hay que aceptarlo, hay que darle tiempo a que ese corazĆ³n vuelva a acomodarse, hasta que un dĆ­a se despierte con unas enormes ganas de volver a sonreir... estoy segura que eso sucederĆ”... por quĆ©? porque si sirve ser fiel y ser buen tipo... y porque realmente te mereces esa felicidad.
Tu vieja debe sentir un enorme orgullo de tener un hijo como vos... las viejas son de fierro y nuestras disculpas ante situaciones asƭ caen en saco roto, porque ellas darƭan la vida por cambiar las lƔgrimas por sonrisas...
Sabes tambiƩn lo que pienso de la distancia... sabƩs que para mi es una palabra de nueve letras que no existe cuando los corazones estƔn cerca, por eso... estate seguro que desde esta ciudad contaminada y sin mar hay alguien que te quiere muchisimo, y que te asegura que siempre... pero siempre llega la calma... y cuando el tiempo pase vas a poder ver este momento como una oportunidad para hacerte mƔs fuerte y en un futuro no muy lejano ser completamente feliz.

Te quiero mucho!!

Lau

elycosmetica dijo...

Algunas historias deben cerrarse y duele, es verdad. QuisiƩramos que nos acompaƱen eternamente, porque soƱamos con ellas, nos ilusionamos...
Sin embargo, con el tiempo, van quedĆ”ndose en un ricĆ³n de nuestro corazĆ³n, como un manojo de recuerdos, que a veces nos llena de nostalgia, pero que nos permite entender las cosas de otra manera, dejando paso a otra nueva historia.
OjalƔ, pronto transites un nuevo camino, y encuentres con quiƩn dibujar una nueva historia.
Te aseguro, que hay mujeres que pueden sostenerte la mirada; tal vez, tengas que darles la oporunidad de hacerlo, cuando estƩs predispuesto.
No pierdas la esperanza. Aunque resulte difƭcil, si querƩs lograrlo, lo vas a lograr.
CariƱos.
Eliana

sebas! dijo...

Hola entre para ver un poco de la historia de la plaza mitre,debido a un trabajo para la facultad y me econtre con esta historieta copada!me atrapo.ahora vi la fecha y esta publicada en el 2008,asi que ahora debes estar 10 puntos macho.arriba que la vida es una fiesta!!!